Para sanar un patrón de nuestro inconsciente (hábito) generado por una programación del pasado se requiere la observación de sí. Lograr la sanación de esto no es fácil, pero tampoco es difícil... se requiere de paciencia, constancia y un ojo abierto despierto, consciente de todo lo que es el momento presente. .
La vida, siempre nos está reflejando, todo aquello que hay en nuestro interior (inconsciente).
Cuando algo no nos gusta de otra persona, o nos molesta o nos causa malestar (irritación, enojo, ira, odio, etc...) no es la otra persona quien nos lo está causando, somos nosotros mismos quienes vemos reflejado en la otra persona aquello que debemos sanar.
Vemos en la otra persona algo que no nos gusta, y automáticamente nos sentimos mal.
Cuando estás con alguien y esa persona te hace sentir mal, observa qué es lo que realmente sientes... también observa qué es lo que no te gusta de la otra persona... y observa cómo reaccionas con esa persona. La observación es fundamental en un principio para después comenzar a realizar los cambios pertinentes en tu vida. Trayendo la plena consciencia como observador a estos patrones ya comienza a generar cambios en nuestra mente.
Trabajar la observación de todas las emociones negativas que vamos sintiendo en nuestro interior, y asi comenzar el camino de la transformación, de manera que la emoción que se trabaja, uno comience por hacer todo lo contrario.
Ejemplo:
Si no me gusta ver a alguien lleno de ira, voy a "trabajar" la tolerancia.
Si no me gusta que los demás opinen por mi, voy a sentirme seguro de mi y decir lo que pienso.
De esta manera dejaremos de ver faltas en los demás y culparlos por sus "errores", o culparnos nosotros mismos y los vemos como nuestros maestros, que nos están reflejando algo que debemos "trabajar" en nuestro interior.
Es importante observar cada aspecto, según los hábitos se van presentando, tanto a nivel intelectual (los pensamientos), en el emocional, en el sexual, y nuestro cuerpo físico. cada hábito es una piedra para pulir y convertirla en nuestra joya, nuestro perfume, nuestra belleza interior.
La vida, siempre nos está reflejando, todo aquello que hay en nuestro interior (inconsciente).
Cuando algo no nos gusta de otra persona, o nos molesta o nos causa malestar (irritación, enojo, ira, odio, etc...) no es la otra persona quien nos lo está causando, somos nosotros mismos quienes vemos reflejado en la otra persona aquello que debemos sanar.
Vemos en la otra persona algo que no nos gusta, y automáticamente nos sentimos mal.
Cuando estás con alguien y esa persona te hace sentir mal, observa qué es lo que realmente sientes... también observa qué es lo que no te gusta de la otra persona... y observa cómo reaccionas con esa persona. La observación es fundamental en un principio para después comenzar a realizar los cambios pertinentes en tu vida. Trayendo la plena consciencia como observador a estos patrones ya comienza a generar cambios en nuestra mente.
Trabajar la observación de todas las emociones negativas que vamos sintiendo en nuestro interior, y asi comenzar el camino de la transformación, de manera que la emoción que se trabaja, uno comience por hacer todo lo contrario.
Ejemplo:
Si no me gusta ver a alguien lleno de ira, voy a "trabajar" la tolerancia.
Si no me gusta que los demás opinen por mi, voy a sentirme seguro de mi y decir lo que pienso.
De esta manera dejaremos de ver faltas en los demás y culparlos por sus "errores", o culparnos nosotros mismos y los vemos como nuestros maestros, que nos están reflejando algo que debemos "trabajar" en nuestro interior.
Es importante observar cada aspecto, según los hábitos se van presentando, tanto a nivel intelectual (los pensamientos), en el emocional, en el sexual, y nuestro cuerpo físico. cada hábito es una piedra para pulir y convertirla en nuestra joya, nuestro perfume, nuestra belleza interior.
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